En nuestro día a día ponemos en práctica ideas pedagógicas que han sido desarrolladas por figuras y movimientos educativos destacados en la historia de la educación.
- Por ejemplo, nuestro proyecto educativo retoma nociones centrales de la pedagogía Waldorf diseñada por Rudolf Steiner. Esta influencia se concreta tanto en los ritmos que aplicamos al proceso de enseñanza y aprendizaje como en el tipo de materiales con los que trabajamos. El ritmo supone la alternancia en cada día de tiempo de concentración y tiempo de expansión. La concentración se trabaja por medio de actividades que exigen de la máxima atención y de la aplicación de los cinco sentidos de las niñas y niños: pintar con acuarela, hacer pan, tejer, modelar cera, cuentos, canciones,… La principal actividad de expansión es el juego libre. En la implementación de todas estas actividades se prioriza el contacto con materiales nobles y naturales que ejerciten los sentidos, propios del primer septenio descrito por Rudolf Steiner.
- De la pedagogía Montessori, retomamos la importancia en la etapa de infantil de que las niñas y niños convivan en un ambiente ordenado y estructurado, que combina espacios grandes de encuentro y otros más pequeños de intimidad. Siguiendo esta línea, el rol de los educadores se centra en preparar el ambiente y estimular los ejercicios de la vida práctica, sin abusar de las palabras y buscando en todo momento el acompañamiento de los niñas y niños en sus procesos de aprendizaje.
- La pedagogía de Emmi Pikler es otros de los pilares que sostienen nuestro proyecto. Desde esta perspectiva estamos comprometidos con el cuidado de las niñas y niños a modo de coreografía entre educadoras y educandos. Nuestra experiencia nos dice que generar un espacio psicológico respetuoso es clave para el desarrollo sano. Consideramos, por tanto, que en un ambiente favorable son las niñas y los niños los que van alcanzando y superando cada hito del proceso evolutivo físico y psicológico, sin depender de la intervención constante de los adultos.
- De la pedagogía propuesta por Pestalozzi adoptamos el valor de la personalidad y de la individualidad como algo único e irrepetible. Considerar a cada niño como una semilla llena de potencial y sentir que el aprendizaje sólo se puede ver a través de la acción y no tanto con la palabra. Por eso, es importante hacer énfasis en la observación, la reflexión, la repetición y en darle sentido a las experiencias.
Finalmente, desde Canción de Luna tomamos el testigo de aquellos pedagogos que han defendido la dimensión social del acto educativo. Aquí nuestro referente principal es la generación de intelectuales de la Institución Libre de Enseñanza, quienes desde la variedad de proyectos que emprendieron hace más de 100 años en España apostaron por propugnar por medios educativos vías pacíficas de transformación social, serenidad en la vida cultural y sentido profundamente ético de la experiencia humana.